Cuando pensamos en autos, solemos hablar de potencia, eficiencia o diseño. Pero hay un aspecto silencioso —aunque vital— detrás de cada vehículo: las normas de emisiones, esas reglas que determinan cuánto puede contaminar un motor antes de salir a las calles.
Entre las más reconocidas a nivel mundial se encuentran las normas EURO (de origen europeo) y las EPA (de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos). Ambas nacieron con un mismo propósito: reducir el impacto ambiental del transporte motorizado y proteger la salud de las personas.
Las normas EURO y EPA establecen los límites máximos de contaminantes que pueden emitir los vehículos:
Cada versión más reciente de estas normas —EURO 1, 2, 3... hasta la actual EURO 6c/6d— implica niveles más estrictos de emisiones y la necesidad de tecnología más avanzada.
En Europa, por ejemplo, el salto hacia EURO 6 significó una reducción de hasta un 96 % en óxidos de nitrógeno respecto a los estándares de los años 90.
El origen de estas regulaciones se remonta a las décadas de 1960 y 1970, cuando ciudades como Los Ángeles y Londres sufrían densas capas de smog. Las autoridades comprendieron que los motores de combustión eran grandes responsables del deterioro del aire urbano.
Así nacieron la norma EPA en Estados Unidos (1970) y la serie EURO en Europa (1992), marcando un antes y un después en la responsabilidad ambiental de la industria automotriz. Desde entonces, las tecnologías de post-tratamiento, inyección electrónica, catalizadores y filtros de partículas se convirtieron en aliados inseparables de los fabricantes.
Chile ha avanzado con decisión en esta materia. Hoy, el país exige que todos los vehículos livianos y medianos nuevos —gasolina o diésel— cumplan con la norma Euro 6c, de acuerdo con el Decreto Supremo N.º 63 del Ministerio del Medio Ambiente.
Esta norma busca equiparar el estándar chileno con el exigido en la Unión Europea, incorporando controles más estrictos sobre:
Además, los vehículos pesados diésel deben cumplir con EURO VI, lo que exige tecnología como SCR (reducción catalítica selectiva) y DPF (filtro de partículas diésel).
Este paso refuerza el compromiso del país con los objetivos de descarbonización y mejora de la calidad del aire, especialmente en zonas críticas como Santiago y Temuco.
Cumplir con la norma Euro 6c no es solo una obligación para los fabricantes o importadores; es un compromiso país. Implica mejorar la calidad de vida urbana, reducir las enfermedades respiratorias y avanzar hacia una movilidad sostenible.
Cada vehículo que emite menos gases contaminantes representa un respiro para el planeta y para nosotros mismos.
En definitiva, las normas EURO y EPA no son simples documentos técnicos: son herramientas de progreso, que equilibran desarrollo, innovación y conciencia ambiental.
Y en Chile, al adoptar Euro 6c, estamos dando una clara señal: la movilidad del futuro debe ser más limpia, más eficiente y más responsable.
Mantén tu vehículo al día. Agenda tu revisión técnica con anticipación y asegúrate de cumplir con los nuevos estándares y regulaciones.
La revisión técnica es un requisito fundamental para garantizar la seguridad y el correcto funcionamiento de tu vehículo. Sin embargo, a veces puede suceder que, por diversas razones, nos atrasemos en realizar este trámite obligatorio. ¿Qué consecuencias puede tener esto? Veámoslo más detenidamente.